Reseña "Un gin-tonic para mamá. Diario de una madre desbordada" de Gill Sims

miércoles, 3 de abril de 2019


Título: Un gin-tonic para mamá. Diario de una madre desbordada
Título original: Why mummy drinks
Autora: Gill Sims
Saga: Autoconclusivo
Editorial: HarperCollins
Nº de páginas: 384
Año de publicación: 2019
ISBN: 9788491393498
Traducción: Sonia Figueroa Martínez


A papá le gustan los artilugios; al pequeño Peter y a la pequeña Jane les gusta provocar incendios, intentar matarse el uno al otro y hacer que mamá tenga que tomarse unas copas; y lo que necesita mamá es tomarse un descanso y desconectar...

Mamá ha cumplido 39 años. Lo que ve ante sí es un deprimente futuro lleno de invitaciones a asistir a clases avanzadas de yoga, y de educadísimos clubes de lectura donde todos afirman estar "contentillos" tras una copa de vino.

Pero mamá no quiere adentrarse en ese crepúsculo de mujeres con peinados sensatos que "viven para sus hijos", que compiten en el cole contándose los logros de sus retoños y que alardean de sus más recientes vacaciones; qué va, lo que hace mamá es agarrar una buena copa de vino y mascullar "¡Qué asco de vida!" una y otra vez. Hasta que recuerda la fantástica idea que se le había ocurrido...



Cuando conocí la existencia de este libro supe que le daría una oportunidad por su sinopsis. Después de leer la sinopsis pensé que sería un libro realmente divertido de leer, una madre que intenta dar lo mejor de sí misma, pero a la que le sale todo horriblemente mal. Debo decir que en un principio lo cogí con ganas, pero no ha sido lo que esperaba.

Ellen acaba de cumplir los 39 años y su vida no es la que había imaginado que tendría cuando llegase a esa edad. Con dos hijos y un matrimonio distante, su trabajo como informática y el sobrevivir día a día a las madres perfectas llevan a que la vida de Ellen sea un pequeño desastre. Va a comenzar el año escolar y este año lo tiene todo calculado. Ha organizado un horario que cumplirá a rajatabla para no tener que gritar a los niños para ir al colegio, llegar por los pelos y tener tiempo incluso para sí misma y sus niños cuando vuelvan del colegio. Pero las cosas nunca salen como uno desea y Ellen irá viendo poco a poco que su gran plan poco a poco se va desmoronando.

Con los horarios planificados, ni Simon, su marido, ni Peter ni Jane, sus hijos, y ni siquiera su perro, pondrán de su parte para que todo funcione como la seda. Ellen quería ser la madre perfecta, pero se dará cuenta que solo necesita ser ella misma, hacer lo que pueda y, si no, siempre puede refugiarse en su copa de vino. Poco a poco, entre resacas y borracheras, se le ocurrirá una idea revolucionaria que cambiará su vida por completo dándole una inyección de confianza y de ingresos. A partir de ahí, verá que no todas las madres tienen la confianza que parecen tener y que todas sienten inseguridad y ganas de gritarles a sus hijos.

Este libro está narrado y dividido por meses. Dentro de cada mes tenemos entradas como si fuera un diario de los acontecimientos que irán ocurriendo cada día. Este tipo de narración suele gustarme porque no es muy común, pero en este caso se me ha hecho bastante cuesta arriba. Muchas de estas entradas diarias son párrafos y párrafos de Ellen y su vida cotidiana, sin ningún diálogo, que han hecho que en muchas ocasiones perdiera el hilo de la lectura. Sin embargo, a pesar de tener partes más dinámicas, he tenido varios problemas con esta lectura. Como  ya os he comentado esperaba una novela divertida, ver el día a día de una madre un poco desastre y cómo se enfrentaba a las situaciones. Reconozco que en las primeras páginas sí que hubo cosas que me sacaron alguna sonrisa, pero a partir de cierto momento, cuando las cosas comienzan a repetirse, empecé a dejar de divertirme. Además, hay algunos acontecimientos (cierto batido que hace su querida cuñada en su casa) que más que divertirme me daba aversión. No sé si es el humor británico/escocés, pero de verdad, me dejó con muy mal cuerpo leer este tipo de cosas. Después otro de mis grandes problemas fue el amor que tiene la protagonista por el vino o cualquier bebida alcohólica. Está bien tomar unas copas, salir a tomar una copa de vino con los amigos, pero lo de esta protagonista roza el alcoholismo. Perdí la cuenta de cuántas veces la protagonista se coge una buena borrachera y se levanta al día siguiente de mal humor y con resaca. Repito, no tengo ningún problema en tomas unas copas, pero en esta novela me parece demasiado.

También quiero aclarar que no soy madre. Quizá esto ha hecho que no disfrute de la lectura o quizá no tiene nada que ver y en caso de que fuera madre tampoco lo habría disfrutado. A todo lo anterior mencionado tengo que decir que tampoco me han gustado los personajes. Ellen intenta ser la madre perfecta, pero no lo consigue porque no existe la madre perfecta. Su forma de tratar a sus hijos, la relación fría que mantiene con su marido y que no trata de ponerle remedio, la obsesión que siente por su amiga Hannah intentando meterse en su vida y organizársela, sus pataletas y momentos realmente infantiles e inmaduros, han hecho que poco a poco fuera detestando a Ellen. Hay cosas de su comportamiento (como la reacción que tiene al batido arriba mencionado) que lo entiendo, pero otras no. Me parece una mujer completamente egoísta que parece querer más a su perro que a sus hijos y a su marido y que se refugia en la bebida. Simón tampoco me ha convencido. Es un hombre que trabaja a tiempo completo y cuando llega a casa no quiere tener nada que ver con sus hijos. Son momentos puntuales en los que se ve cómo se relaciona con ellos y tampoco es un hombre que ayude en ningún momento a Ellen. La hermana de Simón ha sido uno de los personajes que más he detestado. Naturalista, vegana, madre de casi un equipo de fútbol completo, su vida es un absoluto desastre. No quiero entrar en detalles porque os haría un montón de spoilers, pero ha sido incluso desagradable en muchas ocasiones ver las acciones de esta mujer. Los únicos personajes que me han gustado han sido Hannah y Sam, los dos amigos de Ellen. Hannah es un amor de mujer, siempre dispuesta a ayudar, a escuchar, pero con muy mala suerte en el amor. Y Sam, que tiene su rol de amigo y con muy mala suerte en el amor también. Ambos me han gustado por ser sinceros, por ser ese apoyo incondicional para Ellen y por sus personalidades.

Como digo, la trama esperaba que fuera realmente divertida, pero me encontré justo lo contrario. Es cierto que al principio me hicieron gracia un par de cosas puntuales, pero conforme seguía leyendo la repetición constante de chistes empezó a aburrirme. No sé si es el tipo de humor de la propia autora o qué, pero conmigo no funcionó. La vida de esta madre en vez de parecerme divertida y engancharme a sus desventuras, consiguió todo lo contrario. Además la historia en muchos momentos se me hizo poco creíble y no llegué a conectar con ninguno de sus elementos. Eso sí, el libro se lee bastante rápido por este formato de diario que hace más dinámica la lectura. En cuanto al final, fue el final adecuado para esta novela. Supongo que en otro momento de mi vida quizá podría haberme divertido con las locuras de Ellen, pero este libro no ha sido para mi.



En conclusión, Un gin-tonic para mamá prometía una lectura amena y divertida conociendo el día a día de una madre desbordada. A pesar de su formato de diario y los chistes ocurrentes de la autora, ha sido una novela que no he podido disfrutar y, en ocasiones, ha llegado a incomodarme. 



¿Os llama la atención? ¿Conocíais esta novela?
¡feliz día!


3 comentarios :

  1. ¡Hola!

    Gracias por una reseña tan honesta, me llama la atención y quizá le de dé una oportunidad para contrastar tu opinión, pero voy con 0 expectativas jaja

    Besitos.

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  2. Hola, este libro ha caído en mis manos en julio 2021. Como bien dices, prometía ser divertido, pero se queda en eso, en promesa. Tiene algún puntillo, alguna situación surrealista, pero creo que se debe al humor inglés que no termina de cuadrarme. Respecto a la historia, soy madre y cuarentona, como Ellen, y sí me he visto reflejada en muchas situaciones con los niños, Simon, ó la familia, propia y la política. Refleja muy bien cómo nos sentimos realmente muchas mujeres. Eso sí, no necesito una botella de vino, ginebra o lo que se tercie para salir airosa, jaja

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